martes, 5 de enero de 2010

La ética precede a la ontología...

...y al principio era el verbo, reza la primera línea del Evangelio de Juan, el poeta alemán parafraseó en su versión del Dr. Fausto 'al principio era la acción'.

En esta humana y constante preocupación por el origen, me decidí por intentar ubicar el momento fundacional de las máximas abelinas; labor nada fácil dada la amplia y compleja obra de nuestro filósofo de los siete bares. Así pues, un puñado de estudiosos que hemos visto nuestras vidas tocadas por las enseñanzas etílicas del también conocido como "El mero macizo" nos hemos visto compelidos a iniciar la labor de ordenar y comentar los registros existentes de su prolífica obra, misma que hasta el momento no ha sido objeto de un estudio serio y detallado, pese a que esta en la base de pensamientos y prácticas tan vigentes como el pistoanálisis que debe buena parte de sus cimientos a la labor ya iniciada por El patrón.

El inicio de su enseñanza pública no podía ser menos que eximio, clara muestra de la orientación subversiva que en definitiva implica el descubrimiento abelino, hallamos una frase que continúa la veta iniciada por algunos pensadores de la posguerra; pero en una máxima cuya claridad es majestuosa, si alguien tenía alguna duda de a que se refería una premisa tal como "la ética precede a la ontología", el maestro tuvo a bien reducirlo hasta una sencilla frase en la que se mezclaba un poco de saliva, aliento teporocho y su sabiduria infinita:

Están chidos tus chinitos, pero no desperdicies el agua...

La erudición, por no decir también que la belleza de esta frase es incomparable, y guarda una coherencia indiscutible con el andamiaje de esta imponente construcción teórica, pero que como vemos es al mismo tiempo una apuesta para poner en movimiento una práctica; es decir, la ética del tarro precede a cualquier consistencia del ser, maxime cuando esta consistencia atenta contra la permanencia del vital líquido. Aunque en realidad por vital liquido aludo sólo a una convención, puesto que en esta disciplina el vital líquido ha sufrido una continúa y extendida pluralización, de la que próximamente nos ocuparemos.

Me despido disculpándome por la demora de esta contribución.

Dr. Em

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