jueves, 14 de enero de 2010

Marx, revisitado

Hay quien dice que el primer comunista fue Jesucristo. Sea por su mensaje de paz o sus milagros que brindaron pan y peces a una multitud, o vino a los asistentes de una boda, lo cierto es que, por motivos que todos conocemos, el redentor no llegó a establecer por escrito una teoría que diera cuenta de su enseñanza.

1800 años más tarde, desde la sala de lectura del Museo Británico en Londrés, Karl Marx escribe El capital. Finalmente se lleva a cabo una reflexión acerca de los impasses del capitalismo y una exhortación a la participación activa del proletariado en la economía con el fin de provocar un cambio revolucionario.

Hoy, 14 de enero de 2010, en una empresa casi monumental, me enfrento a la difícil tarea de transcribir el pensamiento del filósofo beodo —de apellido nipón— Elmo Higato, quien, en un esfuerzo de reducción y síntesis nos ha regalado dos frases que resumen el pensamiento marxista. Limitado como es mi pensamiento, sólo puedo repetir, con asombro, las palabras de este sobredotado:

¿Por qué no nos miamos todos? Vamos a bautizarnos.

¡¡¡Señor, qué sabiduría!!! No sólo ha revisitado a Marx; lo ha reinterpretado. No es el pan, ni los peces, es la orina la que está destinada a unirnos. Tanto tiempo pensando en la ingesta, en la acumulación de capital, y el verdadero secreto estaba en nuestras capacidades excretoras. No por nada el mismo Freud propuso las equivalencias simbólicas Pene - Hijo - Caca - Dinero. Encima, ¡vamos a bautizarnos! El filósofo del chupe nos propone participar de su ideología, ¡de la revolución escatológica! ¡de la redención del orín!

No contento con ello, aún estableció el patrón común a la humanidad. Aquello que nos une a todos pero que —oh sorpresa— hasta hoy todas las teorías habían callado.

No me van a decir que nunca han visto un puto pito parado.

A veces, ante tanta sabudiría, uno tiene que guardar el más respetuoso silencio.

El infame Dany Marlowe

No hay comentarios:

Publicar un comentario