miércoles, 3 de noviembre de 2010

NBA JAM

O
La mano de Cervantes

Cuando se revisa la obra de filósofos importantes —como es el caso de nuestro moralista y etílico camarada— se comete el error —no poco común— de obviar elementos que —tal vez por su evidente presteza— se toman por trivialidades. Llama la atención que, en el caso que nos convoca, hayamos puesto tan poca atención a un apellido tan significativo como el de nuestro filósofo tonayero.

No sería inexacto decir que la vida del manco de Lepanto presenta ciertos paralelismos con la vida de Don Abel Cervantes. Ambos grandes pensadores adelantados a su época, ambos artistas, ambos acérrimos críticos del mundo que les tocó vivir. Habrá quien ponga el grito en el cielo por la comparación que recién me acabo de permitir. Sin embargo a ese alguien, con toda seguridad le puedo decir: "¡tu descrédito se debe al desconocimiento de la enseñanza abelina! Oh, pobre de ti que no has sido tocado por sus palabras".

Sin embargo, otro paralelismo, aún más humano, une a estas dos grandes personalidades. Hermanos en apellido, también habrían de serlo en su destino. A mi modo de verlo, Don Miguel perdió el uso de su mano para demostrarnos que era humano. El carácter mundano de la obra El ingenioso hidalgo don Quixote de la Mancha es apenas imaginable gracias a esa mano que nos recuerda que Cervantes formó parte de nuestro género. Esa mano nos aleja de la tentación de considerar al Quijote un invento celestial. De la misma manera, Don Abel se ha visto compelido a demostrar su carácter terrenal. Por ello nos ha mostrado su lado humano, su lado errante. En mi opinión personal, sólo lo ha hecho para alejarnos del fanatismo... del apasionamiento por una obra que, sin esos pequeños impasses compartiría la perfección del círculo.

Para ejemplo, baste relatar la siguiente anécdota. El contexto: Tres imberbes mancebos sentados frente a la televisión admirando el trabajo de los diseñadores de cierto videojuego, NBA JAM. El diálogo es el siguiente.

-¡Órale! Para esa época las gráficas están perronas. Hasta se le ven los bigotes al Barkley.
-A huevo. ¿Cómo digitalizarían las fotos?
-No sé, pinches diseñadores sí se la rifaron.

De pronto la irrupción de una mente superior.

-No se trata del trabajo de los diseñadores, par de pendejos. Sino de la plataforma tecnológica... [el resto carece de importancia]

Consciente -y astuto artífice- de su error, aún propició el comentario que señalaba su falta.

-Pues muy pinche diseñador pero no somos un par de pendejos sino un trío.

En su cara, una -no tan- enigmática sonrisa.

Abel CERVANTES, un filósofo que al mostrarse imperfecto sólo completa su perfección. Honorable heredero de tan honorable apellido.

Reportó.

El infame Dany Marlowe

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