sábado, 2 de enero de 2010

Para el año que comienza

Si ustedes, atentos lectores, pensaron que el filósofo de la caguama los iba a dejar sin un mensaje de esperanza para este año que recién estrenamos, ¡se equivocaron rotundamente!

Nuevamente, destellando por su aparente simpleza, Don Timorato nos sorprende con una frase bañada de una belleza casi sublime. Algunos incluso la consideran profética por la fecha en que fue pronunciada. Dicha frase —no los hago esperar más— reza: Estoy chingón, dame otra oportunidad.

Los semióticos aún no alcanzan a descifrar la enigmática ligazón de estas dos frases que, si bien parecen guardar una armonía natural, abren un campo de significación casi infinito. Estoy chingón abre un espacio de continuidad temporal que la frase siguiente, dame otra oportunidad rompe —digámoslo así— quebrando todos los esquemas lógicos conocidos.

Estoy chingón, dame otra oportunidad.

Otra frase que quedará resonando en el corazón; ahí donde llega todo aquello que toca pero no puede explicarse.

Feliz año

El infame Dany Marlowe

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